Tiaso y Araia

Los celtíberos, primeros pobladores de Murero (Somontano, Aragón), encontraron en esta tierra una riqueza mineral sobre la que asentaron su pueblo y que se ha mantenido hasta nuestros días. De ahí que Bodegas Sommos, haya querido plasmar también en dos de sus vinos esa singularidad del suelo utilizando para ello la complicidad de una variedad tan arraigada en la zona como es la Garnacha.

Araia es el nombre que los celtíberos dieron a la tierra de labranza: la arcilla roja. Tiaso es el nombre con el que llamaron a la piedra que utilizaban para los tejados de sus casas: la pizarra gris. Dos elementos cuya esencia ha estado muy presente a la hora de denominar y vestir ambos vinos, en los que el suelo cobra protagonismo sobre la propia marca, apenas perceptible en un sutil bajorrelieve.

Partiendo de imágenes reales de los componentes de ambos tipos de suelo, en Araia, se ha creado un juego de texturas y acabados que hace posible recrear la sensación de estar tocando un terreno arcilloso. En Tiaso se han replicado los brillos y estructura laminar de la pizarra gris para crear la impresión de encontrarnos ante una muestra real. Una manera sencilla de conseguir implicar al mayor número de sentidos y crear una conexión a través de ellos.